Omfg!
Hace como mil años que no me pasaba por aquí. Sólo paso porque tengo que estudiar anatomía, pero no quiero.
Ehh... amigas mias, las extraño, mucho. T-T
Intentaré alguna mini historia. Algo hetero, nunca escribo hetero.
Mmm....
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Ella estaba en el tercer piso, mirando ausente por la ventanilla por donde apenas podía sacar la cabeza. Se inclinaba un poco, moviéndose y molestando a su compañera que se sentaba en el lugar (lugar que le había robado a ella, porque todos los asientos junto a la ventana, le pertenecían).
Se dio cuenta, estúpidamente, que oh, seh, había estado mirando "ausentemente" a ese muchacho que amaba con todo su ser, pero que ni si quiera sabía el nombre. Ese, que estaba al lado del muchacho con chaqueta amarilla.
-Tengo que hacer un trabajo- le dijo de repente su amiga, en medio de la clase- después de esto, me acompañas?
-Seh, claro- respondió.
Le había quitado el puesto a la muchacha, procurando no tomar atención a la clase y mirar con profundo amor al chico sentado en el patio.
Era un amor imposible, pensaba, no lo conocía, no sabía de qué carrera era, no tenía ninguna clase con él. Era totalmente imposible.
Como siempre, supuso que era mejor dejar las cosas así, intentó poner atención en la clase y se dio cuenta que su amiga la estaba esperando en la puerta. La clase había terminado.
-Es un trabajo en grupo, me demoraré un poco, no te importa?- volvió a preguntar su amiga.
-Nah, está bien, algo haré.
Bajaron la escalera, y se dirigieron donde se iban a juntar con los demás del grupo. Estaban tan cerca del muchacho, la niña estaba casi llorando, podía sentir su aroma desde el lugar y eso que aun no llegaba, hasta que su amiga se detuvo, delante del niño de chaqueta amarilla. Oh.
-Hola, sorry, estaba en clases- dijo su amiga.
Estaba así como perdida, su amiga lo sabía, e intentó sentarla al lado del otro niño, el otro niño, el niño que inundaba todos sus sueños y pensamientos. Se sentó y su amiga comenzó a hacer el trabajo con el de amarillo.
-Hola- le dijo el muchacho con esa voz perfecta que ella siempre había supuesto que tenía.
-Hola- dijo ella.
Y eso fue. Él sonrió, preguntó su nombre, le dijo su nombre y comenzaron a hablar.
-Te vi, me estabas mirando por la ventana.- le dijo el muchacho, ella quiso pegarse en la cabeza contra la mesa.- Yo también te estaba mirando.
Oh.
Y sonrió.
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Fin.
Dije corto, no?
Shofi, ahí tienes tu historia.
El Hétero es tan fácil, puedes decir hola y ya sabes que tienes una oportunidad, es fome de escribir.